En las calles de la Villa 9 de Julio, una zona humilde de San Miguel de Tucumán, creció Manuel Llofrein Carbajal jugando al fútbol con sus amigos y enfrentando adversidades. A los 21 años, Manuel es un modelo internacional e influencer con más de 100 mil seguidores en Instagram y más de dos millones en TikTok (@manucllofrein), pero su camino hacia el éxito estuvo lleno de desafíos que forjaron su carácter y determinación.

PASARELA INTERNACIONAL. Manuel modelando para Diesel./Instagram @manucllofrein

Su madre es de Miramar y su padre es de Tucumán. Él nació en la ciudad costera, pero a los seis años se mudó a Villa 9 Julio. Además de decir que se consideraba tucumano, en esta entrevista remota con LA GACETA el influencer compartió una historia de vida poco conocida para la mayoría de sus seguidores.

Desde una edad temprana, Manuel estuvo marcado por la inestabilidad. “Mi papá era autónomo, nunca tenía un trabajo fijo, y mi mamá era ama de casa, y se encargaba de cuidarme a mí y a mis tres hermanos”, recuerda. Esta falta de estabilidad económica y laboral significó mudanzas constantes, a veces a ciudades lejanas como Mar del Plata y La Pampa, lo que afectó su vida escolar y social. A una escuela le seguía otra y, así, le resultaba muy difícil generar amistades duraderas.

La historia de Manuel tuvo un giro drástico cuando su padre se fue a España en búsqueda de mejores oportunidades. Esto llevó a su madre a tomar una decisión crucial: dejar Tucumán para volver a Miramar y, de ese modo, estar más cerca de familiares. La pandemia de 2020 trajo consigo nuevos retos, y Manuel vivió en una pequeña casa compartida entre siete personas con su tía y primo. Dormían todos en una misma habitación y disponían de una cocina pequeña, lo que intensificó su deseo de escapar de la situación.

Sus comienzos en el modelaje

EN ITALIA. Manuel fotografiado por Mattia Guolo./Instagram @mattiaz_guolo

Fue en medio de esta incertidumbre que Manuel, a los 17 años, encontró una luz. En 2020, con sólo 700 seguidores en las redes sociales, subió una foto que llamó la atención de una agencia de modelos. Con el escaso dinero que había ahorrado, compró un pasaje en tren para presentarse ante la agencia en Buenos Aires. Su primer trabajo de modelaje le permitió comer durante una semana y media: fue una pequeña fortuna que avivó su esperanza.

El desempeño de Manuel gustó y, después de su primer trabajo, los llamados de las marcas de ropa no dejaban de llegar. Así que, a comienzos de 2021, el joven optó por mudarse a Buenos Aires.

La vida porteña fue un nuevo desafío. Manuel se instaló en Ezeiza, una ciudad ubicada a una hora de la capital, donde vivió en una oficina con una cama improvisada, y una heladera hecha con un tacho de pintura y hielo. Sin embargo, estas dificultades no detuvieron su avance. Su talento y determinación lo llevaron a trabajar con marcas reconocidas como Fila y Ay Not Dead, y a modelar en la BafWeek, uno de los acontecimientos de la moda más importantes de la Argentina.

Logró cumplir su sueño

EN ISLANDIA. Manuel en el país nórdico fotografiado por @siljamagg./Instagram @manucllofrein

El sueño de Manuel de vivir en Europa se hizo realidad a comienzos de 2022. Con sólo 200 euros en el bolsillo, dejó atrás su vida en Buenos Aires para buscar nuevas oportunidades en Italia. Su esfuerzo y perseverancia dieron frutos rápidamente. Hoy vive en Milán con su novia, y ha modelado para grandes marcas internacionales como Burberry, Armani y Diesel. Su éxito en la Semana de la Moda en París, y su aparición en la revista Vogue dan testimonio de su arduo trabajo y dedicación.

Modelar sí es un trabajo fácil

Al contar su historia, Manuel desmiente las percepciones erróneas de quienes creen que su crecimiento se debe a “la plata de sus padres”. 

Aunque reivindica que no le resultó sencillo llegar hasta donde llegó, el influencer admite que es verdad que ser modelo es realmente un trabajo fácil. “Modelar es un trabajo donde solo hay que lucir bien. Si tienes una salud mental estable, no es un trabajo complejo”, expresa.

“Después de haber crecido viendo a mi papá trabajar hasta 15 horas por día, siendo albañil o rebuscándosela de otras maneras, lo que yo hago está lejos de poder compararse con eso”, afirma. Manuel reconoce sus orígenes y, a la vez, se siente muy agradecido del estilo de vida que su nueva carrera le permite llevar.

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